lunes, 2 de marzo de 2020

Esmaltes IV: Los armiños y contraarmiños.

Como vimos anteriormente, el grupo de esmaltes que se denominan forros está compuesto por dos campos sembrados: los veros y los armiños. Ambos tienen una configuración especial: sólo pueden pintarse con un binomio metal-color distintivo y particular, so pena de recibir otros nombres si así no fuese. 

Llendo al grano, hoy nos toca hablar de los armiños. Este diseño consiste en un campo sembrado de figuras asimilables a la cola de un particular mamífero, el armiño, del cual la Heráldica tomó su nombre para bautizar el forro en cuestión. 

Mustela erminea o armiño, extendido por el norte de Europa, Asia y América.
El dibujo del armiño a rebatir puede variar entre formas más o menos elaboradas, pero generalmente consiste en una flecado adornado con tres copos o puntos en su parte superior:

Tipos de armiños.
Lo importante es que respete los esmaltes asignados: de plata, para el campo, y de sable, para los armiños.

Historia


Según Pierre Le Lorrain de Vallemont, este forro deviene de Armenia, donde abundaban los armiños y los naturales confeccionaban pieles con ellos. Carraffa anota que se le ha asignado diversos significados (Carraffa, 1919, p. 44) . Por un lado, la propensión de los hombres a divagar por tierra y mar. Por el otro, la pureza. Y, finalmente, la dignidad, pues era utilizado en sus vestidos por altos gobernantes y «personas de representación».

Si el lector leyese el texto íntegro de Carraffa notará constantes alusiones a Bretaña como conectivos del simbolismo. Si la «inclinación divagante que tienen los hombres a ir por mar y tierra» es claramente una referencia al comportamiento de los bretones, la representación de la pureza parece que deviene de una princesa celta llamada Hermiona de Bretaña, que adoptó este esmalte para denotar dicha virtud y negar la incontinencia de la que se le acusaba. Investigando un poco más, Michel Pastoureau pudo demostrar que esto, junto con el tan atribuido origen bretón del forro, es un cuento sacado de la galera (Pastoureau, 2006, pp. 279-282). Así como así, coincide con el dictámen que el erudito Dom Lobineau diese en 1707: el armiño no tiene nada de especificamente bretón. Durante la Edad Media, su presencia en la isla fue incluso menor que en otras zonas de Europa, como Flandes, Artois, Normandía y Escocia. La consolidación del armiño en Bretaña inició, recién, en 1213, y vino de mano de un caballero llamado Pierre Mauclerc —futuro Pedro I—. Este mismo, cuando casó con Alix de Thouars, heredera del ducado, llevaba por armas el escudo que vemos en el grabado y que, como anota Pastoureau, podemos blasonar así:
Jaquelado de oro y azur, un francocuartel de armiño. 
Mi interpretación es esta:
Armas de Pierre Mauclerc.
Algunos historiadores británicos afirman que fue la princesa quien traspasó el armiñado al caballero Mauclerc, pero esta afirmación no se sostiene en evidencia. Todo lo contrario: por el sello de un documento cuya matriz puede fecharse en 1209, antes del casamiento, sabemos que Mauclerc ya llevaba las armas descritas. El francocuartel de armiño tiene sentido porque, siendo el caballero hijo menor del conde Roberto II de Dreux, funcionaba como brisura, es decir, como elemento que denotaba secundariedad en el linaje —pronto dedicaré una entrada a este concepto—.

Fue un siglo después, en 1316, cuando Juan III de Bretaña tomó la parte por el todo y transformó el escudo jaquelado de oro y azur y con un francuartel de armiño en un escudo de armiño pleno, sin brisura. El simbolismo de esta renovación transmite nuevos aires políticos: Juan III quiere demostrar que ya no es más miembro de una rama menor de los condes de Dreux, sino un personaje poderoso que está inaugurando una nueva dinastía. 


Tipos de armiños


Hay dos tipos de armiños: el armiño clásico y el contraarmiño. Ambos se diferencian por los esmaltes utilizados:
  • Armiño propiamente dicho: Sembrado de colas de armiño en sable sobre campo de plata:
Escudo liso de armiños.
  • Contraarmiño: Sembrado de colas de armiño en plata sobre campo de sable. Se puede considerar el «negativo» o «invertido» del anterior:
Escudo liso de contraarmiños.
Bibliografía: